miércoles, 20 de octubre de 2010

Astrologia y destino

¿Hasta qué punto está determinado el destino?





Así como la radiología se sirve de los rayos X para ver el «interior del cuerpo» humano y contribuyendo al diagnóstico acerca de la naturaleza causal de una enfermedad, la astrología se sirve de la astronomía para ver el «interior del ser». Así como cuando vemos una clavícula rota en una radiografía no podemos echarle la culpa al aparato electrónico por revelar lo que estaba oculto, de la misma manera no podemos echarle la culpa a los planetas por nuestro destino. La interpretación de un mapa natal es básicamente una lectura del inconsciente de la persona. Es allí donde se encuentra grabado su karma y no en los planetas exteriores. Es algo que tiene que ver más con el pasado y que a través de lo que haga en el presente determinará su futuro. La predicción es posible porque la gente vive de manera mecánica. Conociendo el pasado de una persona se puede predecir su futuro, porque se repetirá. Si en el pasado kármico ha sido una persona colérica, tiene la tendencia de ser colérica; esta tendencia tendrá efectos en el futuro. Normalmente un ser inconsciente repite su pasado una y otra vez: es como una rueda –la rueda del sufrimiento y la infelicidad. Es un círculo vicioso, no puede hacer otra cosa; no puede aportar nada nuevo a su vida, no puede abrirse camino. Si la persona fuera más consciente, estuviera más despierta y alerta, entonces, ella misma comenzaría a determinar su futuro y ya no su inconsciente.
  
¿Por qué camino queremos realizar nuestros pasos de aprendizaje y cómo queremos resolver los problemas?

Para ello, es necesario distinguir entre los problemas a resolver y el “cómo” de la vía de solución. El Universo ofrece dos posibilidades:
Aprender de manera consciente. Esta posibilidad requiere del hombre que esté siempre abierto y dispuesto a afrontar las exigencias del destino y a resolver cada problema que se presentan, voluntariamente mediante la actividad, la aceptación incondicional y la adaptabilidad infinita. La vida es un proceso de reto y respuesta. Como cada situación de la vida representa un desafío para el hombre y le presenta un problema para que lo resuelva, el hombre no debe preguntar cuál es el significado de su vida sino que más bien deberá reconocer que es él quien es preguntado. En una palabra, cada hombre es interrogado por la vida; a la vida sólo podrá responderle siendo responsable. Es decir, desarrollando su capacidad de respuesta, la responsabilidad es la esencia misma de la existencia humana. De modo que no debe buscarse un significado abstracto de la vida. Cada cual tiene su propia vocación o misión específica en la vida; cada cual deberá llevar a cabo una misión concreta que exige cumplimiento. Allí no podrá ser reemplazado, ni su vida podrá repetirse. Así, la tarea de cada cual es tan única como lo es su oportunidad específica de llevarla a cabo. El Universo Planetario lo asiste.


Aprender de manera inconsciente. Esto se produce automáticamente, cuando el hombre pierde la oportunidad de resolver un problema de manera consciente. La mayoría de los personas se limitan generalmente a la segunda posibilidad. Pero aprender inconscientemente es siempre aprender mediante el sufrimiento. Mientras el hombre esté dispuesto a cuestionar viejos puntos de vista y fijaciones, a aprender nuevos enfoques, arriesgar nuevas experiencias, a expandir su conciencia de manera de dominarse a sí mismo, no tiene que temer golpes demasiado tremendos del destino, ni enfermedades graves. Pero en el momento en que la persona rechaza los problemas y trata de escaparles o de negarlos, ahí el destino comienza a obligar al hombre a enfrentar el proceso de aprendizaje no percibido. Además, el proceso de aprendizaje en estas situaciones forzadas es generalmente incompleto porque la resistencia del que sufre es demasiado grande. Sólo cuando la persona se ha reconciliado con una situación, puede comprender plenamente su sentido. El hombre no se encarna en este mundo para gozar del calor del sol holgazaneando, sino para desarrollarse y para servir al mundo según sus capacidades. No son las personas, los lugares, las circunstancias o los planetas lo que le crea problemas; es la forma en que percibe estas experiencias vitales y en que reacciona ante ellas. Asume la responsabilidad de tu propia vida.


Nadie nace por casualidad, nadie nace solo para sí

¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cuál es el objetivo de nuestro paso por la Tierra? ¿Cómo podemos encontrar sentido a nuestras vidas? La Astrología es una herramienta para el conocimiento de uno mismo y la realización personal en esta vida. Nos ayuda a descubrirnos, a comprender de dónde venimos –no geográfica e históricamente, sino espiritualmente-, quiénes somos –no científicamente, sino humanamente- y hacia dónde vamos –no teórica, sino realmente-, entonces podremos descubrir la información que nos llevará por el buen camino, el “libreto” de nuestra vida.

Como almas seleccionamos el momento para nacer. Elegimos un “programa humano de vida”, nuestra carta natal kármica, decidimos encarnar en esta tierra en un momento y lugar determinados. Hemos venido aquí a aprender ciertas lecciones que nos permitan avanzar en nuestra senda espiritual y evolutiva. Seleccionamos nuestro sexo, el color de nuestra piel, nuestro país y nuestra religión particular –de acuerdo a nuestra disponibilidad mental-, y luego buscamos específicamente los padres que favorezcan nuestro trabajo espiritual en esta vida.

La naturaleza es una totalidad orgánica y con análisis apropiado es posible establecer la causa de cualquier hecho. El camino hacia fuera se descubre yendo hacia dentro. Toda persona tiene su propia misión en la vida. Eres la única oportunidad que tiene el Mundo de contar con alguien como tú. Hay un espacio destinado para cada cual que no puede ser ocupado por otro ni quedar vacío; tu lugar te pertenece desde antes de tu concepción, que ha sido programada para que tu ser desarrolle sus atributos en el contexto más propicio. De modo que la tarea de cada uno es tan única como su oportunidad específica para llevarla a cabo. Tú formas parte de un sistema en el que todo ser desempeña un papel necesario, por pequeño y humilde o fugaz que este pueda parecer en el concierto de la Humanidad. La tarea principal del hombre en la vida es darse a la luz, a sí mismo, convertirse en lo que potencialmente es.

La Astrología no es una ciencia técnica. Una técnica siempre es muerta; puede ser agregada a nosotros, aprendida; pero un proceso siempre es vivo. Crece, se expande. La Astrología es un proceso creciente, no una técnica. Es un proceso de autoconocimiento y autotransformación, es una ciencia INICIÁTICA. Pero es importante diferenciarla de los horóscopos. La técnica es repetitiva, la existencia nunca lo es. 
A mayor técnica mayor mecanicidad. La técnica debe ser un instrumento al servicio de la VIDA. Ser astrólogo no es un trabajo, no es algo que haces, es algo que eres, una forma de ser, un estado de conciencia.

A través del conocimiento de las Fuerzas sutiles de energía que fluyen por el universo, podemos componer nuestra vida para alcanzar nuestras metas. El propósito definitivo de la Astrología es ayudar a que la gente comprenda de qué manera puede cambiar su vida en una dirección donde encuentre felicidad, realización personal y desarrollo.


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